viernes, 27 de mayo de 2011

Las luces más brillantes, junto al corazón

Lucía brillaba con luz propia, aunque no fuera consciente de ello: incluso las noches estrelladas se eclipsaban con su presencia.
Daba ese calor que a veces necesitabas y, sobretodo, electrificaba corazones sin apenas darse cuenta.
En ocasiones se apagaba, como todo el mundo. Pero al final, siempre sabía recargarse esbozando una sonrisa. Otras veces se enfadaba hasta el punto de echar chispas, pero una carcajada estática siempre acababa con toda su energía negativa.
Lucía era sencilla e ingenua, en todas sus facetas. Y es que sin saberlo, iluminaba el camino de cualquiera.